jueves, 23 de abril de 2020

IDEAS PARA CONTAR CUENTOS

Hemos rescatado este artículo de REVISTABABAR.COM en el que nos dan ideas para crear nuestros cuentos. En estos días en los que estamos más tiempo en casa podemos aprovechar para dar rienda suelta a nuestra imaginación...

----------------------- extracto del artículo -------------------------------------------------------

¿Qué puedo contarle a un niño de dos o tres años?

En el principio fue el gesto
Partiendo de los objetos que tenemos a nuestro alrededor, hacemos un inventario y le añadimos el gesto, que le da un significado fantástico. El plato del desayuno puede ser una nave espacial, y la cucharilla puede ser el piloto. Metemos en la historia objetos y personas conocidas, jugamos con ellos.
¿En qué puede convertirse una cuchara?
De la equivocación puede nacer un cuento. Si nos llevamos, por ejemplo, la cuchara a la nariz en lugar de a la boca, el niño se reirá porque el gesto se sale de la norma, es un error. De ahí puede surgir la historia de un hombre que tenía una cuchara en lugar de una nariz, o de una nariz grifo, o una nariz lámpara que se ilumina cuando tienes que sonarte. No es un don del cielo reservado a personas fantasiosas, dice Rodari, es una técnica basada en el análisis y la apertura mental.
Un mundo sin azúcar
Si algún objeto no nos sugiere nada, quitémoslo de en medio. El azúcar, por ejemplo. Sin él, el café está amargo y el abuelo lo escupe al beberlo, los pasteles no tiene azúcar y las pastelerías tienen que cerrar. Todo el mundo sale a buscar el azúcar, y en la televisión ofrecen una recompensa a quien la encuentre. El juego de la resta puede dar lugar a que todo tipo de objetos desaparezcan, y que el niño vea la diferencia entre estar y no estar.

Diálogo con la lamparita
Una lámpara también puede ser fuente de historias. Pulsas el interruptor y se ilumina. Lo pulsas de nuevo, y la lampara habla. Le hacemos preguntas y la lámpara contesta. De ahí podemos pasar a hacer hablar a la silla, a la mesa… Un viaje alrededor de la habitación dando vida a objetos inanimados.
Viajar en una silla de paseo 
Ir en silla de paseo es el primer viaje de un niño, uno de los más importantes de toda su vida. Podemos contarle la historia de un niño que viajaba con su silla de paseo por tierra, por mar y por aire, convirtiéndola en un coche, un barco, una nave espacial… El objetivo de este juego es tomar posesión del mundo, ejercitar su poder sobre las cosas. Si inventamos para él una historia tan próxima a su juego, comprenderá que lo entendemos, que estamos a su disposición para ayudarlo, protegerlo y animarlo. No estamos en el mundo de las historias, sino en el de las cosas auténticas.
Metamorfosis del objeto
La silla de paseo puede tocar porque el niño va sentado exactamente en la misma posición que un piloto a los mandos de su avión. La mesa puede ser un techo porque cubre, como el techo de una casa. Un zapato también puede ser una casa, porque es un receptáculo. La silla también puede convertirse en otra cosa totalmente distinta, como un pez que nada en su pecera, porque los niños, cuando no tienen a mano un objeto adecuado para representar lo que les interesa, pueden coger cualquier otro y obligarle a interpretar un papel arbitrario. Los muñecos, por otro lado, suelen representar la relación del niño con su familia. No hace falta guion para inventar historias con muñecos y títeres, basta con pensar en algo que haya pasado durante el día y reproducirlo. Los niños reconocerán en estas historias sus asuntos, lo que bulle en su interior.

El juego de la caja
Entre los objetos preferidos por los niños están las cajas, preferiblemente las grandes, en las que pueden entrar, encerrarse, esconderse, viajar… No hace falta acudir al psicoanalista para comprender que, al meterse en esa caja, los niños regresan en cierto modo al vientre materno.
Cómo sacar partido a unas gafas
Las gafas son una fuente de interés, y a veces incluso de terror. Son como un sombrero, pero por algún misterio pasan a formar parte de la cara mucho más que este. Pueden inventarse historias de gafas que cambian el mundo de color, o qué nos permiten ver cosas que están muy lejos…
El hombre de hierro
El material del que están hechas las cosas también nos puede dar juego para inventar historias. Un hombre de madera, un hombre de hierro, o de alambre o de agua… Todo material tiene sus propiedades físicas y fantásticas. Así que lo que le pase al hombre de alambre será distinto a lo que suceda con el hombre de papel. Las diferencias físicas entre los objetos van interesando gradualmente a los niños, que no se cansan de tocarlos o moverlos para entender de qué están hechos. Por eso les despiertan la imaginación.
Algunos criterios generales
  • En un cuento, las cosas y los personajes pueden hacer las mayores locuras sin prestar la más mínima atención a las leyes de la naturaleza o el sentido común. No hay que tener miedo de entregarse a la fantasía.
  • No es estrictamente necesario que la historia tenga un hilo conductor. Sería conveniente un avance fragmentario, con plena libertad para seguir a cada paso nuevos caminos, sugerencias repentinas, todos los desvíos posibles.
  • Recurrir de vez en cuando, si es posible, a las rimas. Son un condimento no esencial pero sí precioso para los cuentos. Ayudan a los niños a recordarlos y a revivirlos.
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